El Inicio de una Historia Inusual
La película 'Dead Lover', dirigida por Grace Glowicki, empieza de manera intrigante al citar a Mary Shelley, prometiéndonos una historia que jugará con la resurrección de los muertos. Glowicki logra mantenernos sorprendidos con personajes y situaciones que, aunque bizarras, resultan entretenidas y cómicamente extrañas. Desde su estreno en el festival de Sundance, esta obra ha cautivado con su originalidad, atrayendo a una audiencia pequeña pero apasionada.
Personajes Únicos y una Trama Retorcida
Glowicki introduce a su peculiar protagonista, una sepulturera solitaria (interpretada por ella misma) que inevitablemente busca el amor a pesar de su olor corporal que recuerda a los muertos. Su relación con un aristócrata (Ben Petrie), que encuentra atractivo su olor, desencadena en un romance insólito. Tras un trágico accidente, ella intenta resucitarlo utilizando una pócima antigua, lo que complica más las cosas al implicar el cuerpo de su difunta hermana (Leah Doz). Esto genera conflictos con otro personaje destacado, el viudo (Lowen Morrow), y añade una capa de complejidad y humor al relato.
Creatividad Visual y Humor Negro
Lo admirable de 'Dead Lover' es su rica creatividad visual. Rodada completamente en un escenario cerrado, la película utiliza efectos prácticos que complementan el mundo sobrenatural creado por Glowicki. Este enfoque, junto con un guion ingenioso, diferencia a la película de otras dentro del género. La elección de que los actores interpreten múltiples roles de diferente género subraya un tono juguetón y desafiante respecto a las normas de género y sexualidad.
Un Elenco Versátil y un Cierre Decaído
El elenco, formado por cuatro actores que interpretan diversos personajes, destaca especialmente por su versatilidad. Glowicki brilla con su interpretación memorable, complementada por una representación diversa de Peterie. Sin embargo, en su tramo final, la película pierde algo de su ímpetu inicial, repitiendo ciertas fórmulas sin sumar demasiado a lo ya visto hasta ese momento. Aun así, logra mantener el interés del espectador hasta el final, dejando claro el talento único de su directora.