Resumen
El Cuarto Mandamiento cuenta la historia de los Amberson, una familia aristocrática en Indianápolis cuya decadencia se entrelaza con el ascenso de una sociedad basada en la tecnología y el automóvil. La película se centra en dos amores imposibles que se cruzan en su camino, mientras explora temas como el paso del tiempo y la transformación social.
Ficha Técnica
Dirigida por Orson Welles, El Cuarto Mandamiento cuenta con un reparto espectacular que incluye a Tim Holt, Joseph Cotten, Dolores Costello, Agnes Moorehead, Anne Baxter, Richard Bennett y Ray Collins. Estrenada en 1942, la película tiene una duración de 88 minutos y fue distribuida por Filmin.
Lo nuevo y lo viejo
El Cuarto Mandamiento explora el contraste entre una sociedad antigua y otra nueva que se basa en la tecnología y el automóvil. Es una historia que se puede ver desde una perspectiva sociológica o personal, ya que también habla de dos amores imposibles. La película es melancólica y decadente, con una dirección artística impresionante que crea un ambiente misterioso y seductor.
Amores cruzados
La historia de El Cuarto Mandamiento se centra en dos amores imposibles que se cruzan en sus caminos. Eugene Morgan y Isabel Amberson mantienen una relación inconclusa que se reaviva tras la muerte del marido de Isabel. A la vez, el hijo de Isabel, George, se enamora de Lucy, la hija de Eugene. La película explora temas como el egoísmo y la impostura social.
El maldito montaje
El montaje original de El Cuarto Mandamiento duraba 131 minutos, pero los productores decidieron recortarla más de cuarenta minutos. Se cortaron puntos clave de la película, lo que cambió su estructura original. Orson Welles nunca dio el visto bueno a esta versión más corta de la película y se nota en la parte final, que va a salto de mata.
La belleza resiste
A pesar del desatino del montaje final, El Cuarto Mandamiento sigue siendo una película imprescindible. Las actuaciones están a un nivel magnífico, y la dirección de Orson Welles es ágil y original. La película es un mosaico de belleza y melancolía que emociona al espectador, incluso con las teselas faltantes. Es un clásico absoluto que vale la pena ver.