Regreso triunfal de los detectives Lowery y Burnett
Cuando escuché que 'Bad Boys: Ride or Die' llegaría a las pantallas, mi escepticismo inicial fue sustituido por emoción. Adil El Arbi y Bilall Fallah, directores prácticamente desconocidos hasta hace poco, se han consolidado como maestros del cine de acción moderno. Esta entrega no solo retoma la exitosa fórmula de 'Bad Boys For Life', sino que la amplifica con más locura, adrenalina y humor.
Trama arquetípica pero efectiva
Es cierto que la historia de 'Bad Boys: Ride or Die' es bastante predecible. Los detectives Lowery (Will Smith) y Burnett (Martin Lawrence) se encuentran como fugitivos, tratando de limpiar sus nombres. La película se apoya en giros dramáticos conocidos y villanos poco memorables. Sin embargo, la química entre los protagonistas y su capacidad para generar risas hace que esto pase a un segundo plano.
Acción y comedia en perfecta armonía
Uno de los puntos fuertes de esta película es, sin duda, la interacción entre Will Smith y Martin Lawrence. Sus diálogos cómicos y momentos de acción están tan bien sincronizados que cautivan al espectador de principio a fin. A pesar de que algunas escenas cómicas ralentizan el ritmo, especialmente al inicio, la acción retoma su curso rápidamente ofreciendo secuencias espectaculares.
Una obra de arte visual
La dirección de El Arbi y Fallah destaca por su uso hábil de técnicas como drones FPV, snorricams y CGI de gran calidad. Desde planos marca de Michael Bay hasta montajes frenéticos y legibles, cada escena de acción es una obra maestra que culmina en un tercer acto sublime. Esta combinación de elementos visuales y una banda sonora adecuada crean una experiencia cinematográfica sumamente entretenida.
Conclusiones
En definitiva, 'Bad Boys: Ride or Die' es una secuela digna de su predecesora. Aunque no ofrece grandes novedades en su trama, la química entre sus personajes y la espectacularidad de sus escenas de acción la convierten en un entretenimiento obligado para los fanáticos del género y de las películas noventeras de Jerry Bruckheimer. Si esta película no logra revitalizar la taquilla, podría perder mi fe en el cine de acción contemporáneo.