Introducción
Desde el momento en que supe que 'Better Man', la nueva biopic de Robbie Williams, sería dirigida por Michael Gracey, director de 'The Greatest Showman', me llené de expectativas. Sin embargo, nada me preparó para la peculiar elección de Gracey: substituir a Williams con un chimpancé CGI. Esta decisión salvó al film de caer en la banalidad y le otorgó una personalidad única que, contra todo pronóstico, funciona sorprendentemente bien.
La historia y su peculiar enfoque
Gracey nos lleva a través de los momentos más cruciales de la carrera de Williams, desde sus días como miembro de Take That hasta su mítico concierto en Knebworth. Pero lo realmente insólito es ver a un chimpancé CGI tomar el lugar del cantante, convertido en una metáfora visual que desafía las convenciones de las biopics musicales recientes. Este enfoque irreal pero emotivo diferencia 'Better Man' de otros retratos biográficos saturados de clichés.
Desafíos técnicos y secuencias memorables
Gracey no se conforma con una narrativa lineal; introduce desafíos técnicos y números musicales impresionantes, como la secuencia de 'Rock DJ' en Regent Street y la desgarradora 'Come Undone'. Estos números están brillantemente ejecutados, aportando un dinamismo que deja atrás a los tradicionales musicales biográficos. La inversión emocional en cada escena es palpable, demostrando que la animación CGI puede contar historias con la misma (o mayor) eficacia que actores de carne y hueso.
Una narrativa predecible pero emotiva
Aunque 'Better Man' sigue la fórmula típica de 'ascenso, caída y redención', Gracey logra sorprender con una ejecución asombrosamente creativa. La narrativa se enfrenta a los traumas y éxitos de Robbie, desde su adolescencia hasta sus batallas internas con la fama, adicciones y relaciones. El uso del chimpancé añade una capa añadida de vulnerabilidad y expresión imposible de lograr con actores humanos, lo que convierte a esta biopic en una experiencia única.
Conclusiones
En definitiva, ver 'Better Man' ha sido una experiencia sorprendente y, a veces, emocionalmente agotadora. La elección de usar un chimpancé CGI en lugar de un actor tradicional es atrevida, pero funciona a la perfección. Michael Gracey ha creado una biografía que no solo cuenta la historia de Robbie Williams, sino que lo hace de una manera que resonará y quedará en la memoria. Aunque la narrativa es familiar, la ejecución técnica y la profundidad emocional convierten a 'Better Man' en una película que recomiendo ver sin reservas.