Un Inicio Prometedor, un Desarrollo Predecible
Cellar Door, disponible en Lionsgate y protagonizada por Scott Speedman y Jordana Brewster, comienza con un intrigante concepto al estilo de 'Barba Azul': un elegante regalo con una peligrosa prohibición. Ambos actores interpretan a una pareja que se muda a un suburbio de Portland, donde se les otorga una mansión con la única regla de no abrir la puerta del sótano. A pesar de las expectativas de una trama macabra y sobrenatural, la película de Vaughn Stein rápidamente se convierte en una decepción, nunca aprovechando completamente su potencial de horror.
Personajes que no Logran Destacar
Los personajes interpretados por Speedman y Brewster carecen de profundidad, mostrando poco desarrollo más allá de ser un típico dúo urbano. A medida que la curiosidad de John (Speedman) sobre la puerta prohibida empieza a crecer, la historia añade una subtrama con Alyssa (Addison Timlin), una colega resentida que complica aún más la ya difícil situación de sus protagonistas. Sin embargo, la falta de química y autenticidad entre los personajes hace que incluso estas tensiones se sientan forzadas e inverosímiles.
Elementos Sobrenaturales que no se Materializan
Aunque se promete una amenaza sobrenatural, Cellar Door opta por centrarse más en las intrigas personales que carecen de la complejidad necesaria para mantener la atención del espectador. El guion de Sam Scott y Lori Evans Taylor introduce conceptos interesantes pero no logra desarrollarlos de manera satisfactoria. La película camina por la línea de una telenovela, dejando en el aire numerosos elementos que podrían haber sido mejor explorados para crear una atmósfera verdaderamente inquietante.
Un Diseño de Producción Lejos de lo Espeluznante
El diseño visual de la película, lejos de ser inquietante, parece más adecuado para una revista de diseño que para una historia de horror. Sumado a una banda sonora que no genera tensión, estos elementos contribuyen a la falta de una atmósfera efectiva. La mansión, que debería ser el escenario perfecto para un relato escalofriante, no es más que un hermoso fondo que nunca genera el necesario sentido de angustia.