Una experiencia visceral
Sentí 'Cuando acecha la maldad' como una montaña rusa diseñada para no dar tregua alguna. Demián Rugna, con este trabajo, me ha sumergido en una obra que apuesta por romper con la sutileza del terror actual para ofrecer una experiencia visceral y despiadada. La mitología que crea es fascinante, aunque su potencial queda algo desaprovechado. Como amante del terror, la crudeza de las imágenes y el dominio del suspense por parte de Rugna me parecen dignos de aplauso, a pesar de que eché en falta cierto equilibrio dramático.
Un guion que desafía la estructura convencional
A lo largo de los 100 minutos de película, 'Cuando acecha la maldad' mantiene una línea narrativa plana, algo que percibí como una decisión creativa arriesgada de Rugna. La ausencia de momentos de alivio o de optimismo crea una atmósfera casi insoportable de desesperanza. Este enfoque, por otro lado, puede hacer que la tensión se transforme por momentos en monotonía, alejándome de la conexión emocional con los personajes.
Conclusiones
En conclusión, 'Cuando acecha la maldad' es un título que pone a prueba la resistencia del espectador ante un despliegue continuo de terror puro. Personalmente, aunque admiro la capacidad de la película para impactar y mantener una tensión constante, creo que un poco de luz entre tanta oscuridad habría enriquecido la experiencia y evitado la sensación de agotamiento que finalmente se apodera del espectador. Es una propuesta que, sin duda, reafirma el buen estado del cine de género latinoamericano, aunque no alcance la perfección que algunos proclaman.