Una premisa retorcida
La película 'Don't Move', disponible en Netflix, nos presenta una premisa bastante peculiar: una joven al borde del suicidio es salvada por un asesino en serie, solo para ser secuestrada y enfrentarse a un nuevo tipo de horror. La protagonista, interpretada por Kelsey Asbille, se convierte en el centro de una compleja trama donde su captor la inmoviliza con un tranquilizante especial. Esta premisa, aunque intrigante, se siente forzada, en especial al considerar los temas de salud mental que aborda.
Interpretaciones destacadas vs. limitaciones del guion
Asbille enfrenta un desafío significativo al interpretar a Iris, cuya movilidad está limitada gran parte de la película. A pesar de estas restricciones, Asbille logra transmitir la angustia y la determinación de su personaje solo con su mirada y pequeños movimientos. Aunque su actuación es convincente, el guion no le hace justicia, presentando situaciones que carecen de credibilidad y emociones auténticas, convirtiendo lo que podría ser una lucha inspiradora en un espectáculo mecánico.
Dirección y ambientación
Dirigida por Adam Schindler y Brian Netto, 'Don't Move' se desarrolla en escenarios remotos y solitarios que potencian la sensación de aislamiento y precariedad que siente Iris. Sin embargo, estos entornos no logran compensar las deficiencias narrativas de la película, a menudo sintiéndose más como un producto de las limitaciones de producción durante la pandemia que una elección creativa consciente.
Potencial desaprovechado
Con un nombre notable como Sam Raimi entre los productores, uno podría esperar más del filme. Sin embargo, la película no alcanza el nivel de suspense y emoción que otros thrillers han conseguido. Iris pasa por situaciones que deberían ser angustiantes, pero en su lugar se sienten predecibles y torpes. El potencial para explorar temas profundos sobre el deseo de vivir se desaprovecha, dejando una experiencia de visualización insatisfactoria.
Conclusiones
En resumen, 'Don't Move' se queda corta para lo que intenta lograr. Aunque Kelsey Asbille otorga una actuación que merece reconocimiento, el resto de la película no logra mantener el interés ni ofrecer el nivel de tensión esperada en un thriller. Me encontré deseando más profundidad y autenticidad en su tratamiento de los temas de salud mental. 'Don't Move' podría haber sido una poderosa exploración del instinto de supervivencia, pero termina siendo un ejemplo de cómo una premisa intrigante puede desperdiciarse por una ejecución deficiente. Mi valoración final sería un 5 sobre 10.