Primeras impresiones
Dragonball Evolution es una película que deja mucho que desear, sobre todo si se es un ferviente fan de la obra del genial Akira Toriyama. En vez de una adaptación leal, se nos presenta un producto que poco o nada tiene que ver con el mundo de Goku y sus compañeros.
Valoración técnica
Las pésimas decisiones a nivel de diseño y estética son innegables. Planeada como una superproducción de 100 millones de dólares, presenta efectos visuales pobres, peleas clichés, y decorados mal iluminados. El despliegue técnico es totalmente inapropiado para un proyecto de su magnitud.
El pecado del guión
La narrativa es otro punto débil de la película. El relato se precipita con una velocidad abrumadora, sin sentido y de manera caótica. Los personajes entran y salen sin ninguna lógica, y sus diálogos carecen de fuerza e interés. Nuestro querido Goku, lejos de ser el personaje inocente y temerario que esperamos, parece convertirse en un joven superficial obsesionado con la popularidad y desvinculado de sus raíces.
Interpretaciones y personajes
Las elecciones de casting dejan mucho que desear. Personajes como Maestro Roshi, interpretado por Chow Yun-Fat, o Chi Chi, de Jamie Chung, no logran captar la esencia de sus contrapartes de anime. Las actuaciones en general son mediocres, con la excepción de Emmy Rossum, quien hace un esfuerzo admirable interpretando a Bulma.