Una Trama Fragmentada que Despierta Emociones
Drowning Dry, con su enfoque no lineal, ofrece un retrato de dos hermanas, sus matrimonios e hijos durante unas vacaciones de verano. La narrativa se despliega de manera caleidoscópica, capturando a la audiencia justo cuando el filme concluye. Este es el segundo largometraje del multifacético director lituano Laurynas Bareiša, quien ya ha sido aclamado por su estilo narrativo único en su debut Pilgrims. En esta obra, Bareiša actúa también como director de fotografía, utilizando un estilo visual sobrio con tomas largas y estáticas que invitan a la introspección.
Retrato de Relaciones Complejas
Los personajes centrales, Ernesta (interpretada por Gelminė Glemžaitė) y Juste (Agnė Kaktaitė), son hermanas que comparten un lazo cercano. Sus esposos, Lukas, un peleador de artes marciales mixtas, y Tomas, un empresario, están atrapados en una competencia de egos masculinos. Esta dinámica culmina en un momento trágico, aumentando la tensión en las relaciones familiares. El contraste entre las parejas se intensifica cuando surge la posibilidad de vender la casa de campo heredada, revelando tensiones subyacentes y diferencias económicas.
Una Exploración Inusual del Trauma
Al igual que en Pilgrims, Bareiša explora el tema del trauma de formas inusuales que desafían las convenciones dramáticas tradicionales. Los personajes masculinos, interpretados por Giedrius Kiela y Paulius Markevičius, aportan autenticidad a sus papeles. Sin embargo, las verdaderas protagonistas son las hermanas, cuyo vínculo inquebrantable resiste el reordenamiento de sus vidas, manteniendo el interés del espectador incluso cuando la narrativa se mueve a lo largo del tiempo.