Sátira y repaso histórico con colmillos en 'El Conde'

Nota

6/10

Un biopic inusual

El director Pablo Larraín retorna a la gran pantalla con una película audazmente peculiar. 'El Conde' es una obra que explora la idea de que el infame dictador de Chile, Augusto Pinochet, era un vampiro. Desde su enigmático punto de partida hasta las reflexiones del protagonista interpretado por Jaime Vadell, la obra incita a la curiosidad aunque se convierte en algo repetitiva.

Una combinación estrafalaria

'El Conde' es un experimento que suma atractivo con su tratamiento exquisito de las imágenes y presenta contextualmente una etapa difícil en la historia de Chile. Se percibe una combinación de un aire decadente y humorístico e incluso irreverente hacia su protagonista.

Sirviendo el propósito de la sátira

Construida en un enfoque directo y potente, la película logra su propósito de sátira y crítica a la figura de Pinochet. Aunque se torna algo repetitiva y no evoca miedo ni diversión, la interpretación excepcional de Paula Luchsinger logra sostener la narración.

Conclusiones

'El Conde' destaca por su arriesgada propuesta y la dirección de Larraín, aunque se queda en una obra simplemente curiosa y no brillante. No es una de las obras mayores de Larraín y deja una sensación agridulce. A pesar de su brillante premisa, su resultado es más bien fallido.

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