El fracaso de Warner con su proyecto de superhéroes DC
El agotamiento general del cine de superhéroes y la tendencia a suplir historias sólidas con apariciones sin justificar se ven reflejados en una película que sigue las mismas fórmulas que sus predecesoras sin dejar espacio para la creatividad.
Un guion pobre y deslavazado
El problema fundamental de Flash es un guion burdo y lleno de chistes que confunde la emoción con la cursilería hardcore.
La decepción con Ezra Miller
Ezra Miller no logra convencer como protagonista y su intento de aportar humor a la película solo consigue forzar unas risas incómodas.
El holocausto a los sentidos que es su tramo final
La avalancha de cameos digitales de personajes famosos no logra emocionar al espectador con una nostalgia que se siente como naftalina corporativa.
La ausencia de cambio en el género de superhéroes
Flash es una película que refleja la tendencia del género de superhéroes a acumular personajes y cameos sin justificar, sin permitir espacios para la creatividad y tomando como referencia fórmulas anteriores.
Una serie de televisión exitosa ya había realizado una adaptación con mejor resultado
La película no logra aprovechar la oportunidad de revitalizar el personaje de Flash, siendo superada por una serie de televisión con una adaptación más satisfactoria.
La necesidad de un cambio en el género de superhéroes
El fracaso de Flash debe servir como un mensaje para el género de superhéroes: la acumulación de cameos y la falta de creatividad no son suficientes para emocionar e interesar de nuevo al espectador.