Una experiencia educativa única en paisajes árticos
Desde el momento en que comencé a ver 'Folktales', dirigida por Heidi Ewing y Rachel Grady, me cautivó el entorno helado del norte de Noruega. La película nos lleva a una escuela folclórica donde los adolescentes de todo el mundo pasan un año aprendiendo habilidades de supervivencia en la naturaleza y la cultural noruega. Sin embargo, el documental evita detalles importantes como el proceso de selección de los estudiantes, lo cual deja algunas interrogantes sobre el programa.
Retratos de adolescentes con desafíos personales
Uno de los aspectos más interesantes fue seguir a tres adolescentes en su travesía. Está Hege, enfrentándose a la pérdida de su padre y aprendiendo a dejar atrás su teléfono y maquillaje; Bjørn Tore, luchando con su etiqueta de 'nerd' y dificultades para socializar; y Romain, de los Países Bajos, quien espera que esta experiencia transforme su vida después de abandonar la escuela por ansiedad social. Me conmovió ver cómo cada uno de ellos encontraba su propio camino gracias, en parte, a la conexión con los huskies siberianos.
La magia del vínculo entre humanos y animales
Una de las partes más dinámicas y resonantes del documental es la relación que se desarrolla entre los estudiantes y los perros de trineo, un vínculo que parece sacar a la luz habilidades ancestrales adormecidas. Sin embargo, sentí que la película desperdicia la oportunidad de profundizar en la vida de los instructores Iselin y Thor-Atle, quienes son fundamentales en la evolución de sus alumnos.
Visualmente cautivadora pero con carencias narrativas
'Folktales' se estrena en el Festival de Cine de Sundance, y visualmente es una obra maestra. Los camarógrafos capturan majestuosamente las Auroras Boreales y el vibrante mundo ártico, sumergiéndonos en un lugar donde la naturaleza habla en susurros helados. Sin embargo, la narrativa a veces cae en la repetición y no logra profundizar en los temas ambientales que se insinúan, como la gestión de incendios en exteriores.