Una historia real con sabor a ficción
Desde el momento en que comencé a ver 'Griselda', la serie de Netflix, supe que me enfrentaba a un relato crudo y envolvente. Sofía Vergara da vida a Griselda Blanco de una manera que supera cualquier expectativa previa, mostrando una faceta artística que va más allá de sus habituales papeles cómicos. La combinación entre la astucia y crueldad del personaje, ambientada en el Miami de los años 70 y 80, hace de esta miniserie un viaje intenso por la vida de la 'Madrina' del narcotráfico.
Dirección y producción: La huella de Narcos en Griselda
La dirección de Andrés Baiz, alineada con la visión creativa de Eric Newman, nos ofrece una narrativa que puede recordarnos a 'Narcos', pero con un sello distintivo. Cada episodio, dirigido con la meticulosidad que caracteriza a Baiz, despliega una atmósfera que permite a Vergara brillar y sumergir al espectador en un mundo donde el poder y la violencia van de la mano con la vulnerabilidad y los lazos familiares.
Conclusiones
Personalmente, quedé cautivado por 'Griselda'. La representación de Sofía Vergara es, sin duda, el eje central de una producción que combina el acierto de su reparto con una historia fascinante y atroz. La serie no solo es un retrato de uno de los cárteles más rentables, sino también del espíritu inquebrantable de una mujer en un mundo dominado por hombres. Mi valoración para 'Griselda' es un rotundo 8 sobre 10, por su capacidad de mantenerme al borde del asiento y por darnos una perspectiva más humana de una figura histórica rodeada muchas veces de mitos y sombras.