Introducción
Al ver 'I Used to Be Funny', dirigida por Ally Pankiw y protagonizada por Rachel Sennott, me encontré con una montaña rusa emocional. La película, disponible en Utopia, combina hábilmente la comedia y el drama para abordar temas como la ansiedad y la depresión. Desde su inicio, se siente una clara inspiración en obras como 'The Big Sick' y 'Obvious Child', utilizando el telón de fondo de la comedia para explorar cuestiones profundas y dolorosas.
Trama y Personajes
La trama sigue a Sam (Rachel Sennott), una aspirante a comediante cuya vida se ve trastornada por una serie de eventos traumáticos. Lo que comienza como una narrativa sobre una comediante en ascenso rápidamente se convierte en una exploración de su lucha interna con la salud mental. Sam tiene un grupo de apoyo formado por su novio Noah (Ennis Esmer) y sus compañeros de piso Paige (Sabrina Jalees) y Philip (Caleb Hearon). Sin embargo, a medida que se revela el pasado, entendemos que su situación actual es un desastre, marcado por la depresión y una renuencia extrema a salir de su apartamento.
Desarrollo y Narrativa
Pankiw opta por un enfoque narrativo no lineal, intercalando el pasado y el presente de manera que aumenta la intriga pero también puede causar cierta frustración en el espectador. La película tarda en aclarar las razones detrás del colapso de Sam, utilizando escenas fragmentadas para construir su historia. Aun así, las revelaciones finales, que incluyen un juicio y una serie de flashbacks potentes, logran unir estas piezas de manera efectiva.
Interpretaciones
Rachel Sennott brilla en su papel, capturando magistralmente la mezcla de humor autosuficiente y odio a sí misma de su personaje. Olga Petsa, quien interpreta a Brooke, también entrega una actuación digna de mención, aunque a veces es menos convincente como preadolescente. Los actores secundarios, como Jason Jones en el papel de Cameron, también aportan calidez y profundidad a la película.
Aspectos Técnicos
En términos de realización, 'I Used to Be Funny' destaca por su diseño visual cuidado, que supera lo habitual en comedias de presupuesto medio. Sin embargo, la banda sonora no logra el mismo impacto, recurriendo a una selección de canciones pop bastante estándar que a veces disminuyen la intensidad de las escenas emocionales.
Conclusiones
En resumen, 'I Used to Be Funny' es una película audaz y emotiva que logra mezclar con éxito el humor con temas serios y oscuros. A pesar de algunos desafíos narrativos debido a su estructura fragmentada, la película ofrece una experiencia rica y conmovedora. Rachel Sennott destaca con una actuación memorable que hace que la lucha de Sam sea palpable y auténtica. Estoy deseando ver más trabajos de Ally Pankiw en el futuro.