Un buen comienzo
El primer acto de La gran juventud presenta una gran energía y sutileza, y culmina con un momento de alegría y emoción cuando los estudiantes de actuación aspiran a entrar en la escuela de Les Amandiers. Los personajes en este momento son interesantes y bien desarrollados, pero a medida que la película avanza, muchos de ellos se desdibujan y quedan olvidados en medio de la trama principal.
Una historia de amor nada interesante
El gran 'pero' de La gran juventud está en su trama central: la historia de amor entre Stella y Étienne. Él es un drogadicto y maltratador psicológico, mientras que ella es una mujer rica y enamoradiza. No hay química entre los dos personajes, lo que hace que la historia de amor sea poco creíble e interesante. Además de eso, la trama se apodera de la película hasta el punto de que los demás personajes quedan algunas veces abandonados.
Demasiados temas en poco tiempo
La cinta se esfuerza por ser trascendental y añade demasiados temas -como el sida o las adicciones- sin poder abordarlos adecuadamente. Esto provoca que la trama y los personajes parezcan desbordados por los temas que se quieren tocar.
Momentos mágicos mal enfocados
La gran juventud tiene momentos interesantes, y cuando se enfoca en un plano general de la época, se convierte en una maravillosa portera a un momento intensamente vivido. Desafortunadamente, la autora Valeria Bruni Tedeschi parece que quiere forzar los temas que presenta, lo que hace que la historia cojee y que el tono de la película varíe de manera incierta.
Conclusiones
A pesar de algunos momentos inspirados, La gran juventud no logra entregarnos una película coherente e interesante. La trama parece estar en constante movimiento, y la relación central es poco creíble y en última instancia poco interesante. La película parece perder su camino, y termina preocupándose más por la presencia de la autora que de la trama en sí. No es una película que recomendaríamos a pesar de que tiene momentos interesantes.