Una transición del teatro al cine con altibajos
Mi encuentro con 'La llamada' en su versión fílmica ha sido una montaña rusa emocional que me ha llevado desde el escepticismo inicial hasta el entusiasmo final. La dupla creativa, Javier Ambrossi y Javier Calvo, ha logrado transponer el alma del espectáculo original al lenguaje cinematográfico con una efervescencia notable. Si bien la esencia vibrante y el mensaje de autodescubrimiento de la obra teatral se mantienen intactos, algunas incorporaciones no terminan de encajar, como la presencia del novio ficticio de Anna Castillo o la cocinera del campamento. Estos elementos, aunque bienintencionados para reforzar la narrativa, diluyen el impacto de las tramas centrales sin añadir el valor esperado.
La efusividad del elenco
La interpretación natural y carismática de Macarena García y la asombrosa Anna Castillo son el corazón que bombea vida a 'La llamada'. A través de su talento, estas actrices consiguen una química que trasciende la pantalla, reviviendo la magia de sus personajes del escenario. Sin embargo, la adaptación tiene sus desafíos técnicos y narrativos que no siempre están a la altura de la visión original, principalmente en la representación del campamento 'La brújula', que requería una mayor profundización para brillar en la gran pantalla.