La pasión de Juana de Arco: Sinfonía de primeros planos

Análisis La pasión de Juana de Arco: Sinfonía de primeros planos

Nota

9/10

Ficha Técnica

La película La pasión de Juana de Arco fue dirigida por Carl Theodor Dreyer en el año 1928, y cuenta con la actuación principal de Maria Falconetti. Es considerada como una película de culto debido a su formato de cine mudo y fotografía en blanco y negro, y una duración de 110 minutos.

Sinopsis

La película narra el proceso judicial de Juana de Arco, la Doncella de Orleans, y cómo fue condenada por brujería a morir en la hoguera. La historia se desarrolla en el siglo XV, durante la Guerra de los Cien Años en Francia.

Por qué Juana de Arco

Juana de Arco es un símbolo popular en el arte: literatura, pintura, escultura, música, teatro y por ende, cine. Se han realizado y continúan realizándose innumerables obras basadas en su figura, inspirándose en sus hazañas o venerándola.

María Falconetti

María Falconetti interpreta a la Doncella de Orleans, en una de las mejores actuaciones de la historia del cine. La crudeza que desprende Maria Falconetti con su rostro es análoga a la música que se escucha fuerte y desgarradora.

Esencia del Filme

La película es una 'sinfonía de primeros planos', ya que se sustenta en un primer plano de Maria Falconetti, donde su interpretación carga con todo el peso de la película. La fotografía en blanco y negro está realizada por Rudolph Maté y Goestula Kottula.

Comparación con Bresson

La pasión de Juana de Arco de Dreyer y El proceso de Juana de Arco de Bresson son dos obras grandiosas pertenecientes a géneros diferentes o más bien a estilos diferentes. La comparación deriva de la trama de la estética de la forma, aunque ambos cineastas son aclamados y criticados al mismo tiempo.

Adaptaciones

Juana de Arco ha sido adaptada en múltiples ocasiones por grandes maestros del cine, como Cecil B. DeMille, Victor Fleming, Roberto Rossellini, Otto Preminger, Jacques Rivette y Luc Besson, entre otros.

Conclusiones

La pasión de Juana de Arco es una obra maestra del cine, constituyendo la victoria de la imagen sobre la palabra. La interpretación de Maria Falconetti es conmovedora y magistral, siendo una de las mejores en la historia del cine. El filme de Dreyer ha consolidado su renombre con los años, y es considerado como una de las mejores obras del cine.

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