Introducción a 'La Trampa'
Desde el inicio, 'La Trampa', la más reciente propuesta de M. Night Shyamalan, promete mucho a los seguidores fervientes del director. Con una premisa intrigante que combina elementos de suspense y cine de evasión, la trama nos coloca en un concierto de una diva pop donde un asesino está a punto de desatar el caos. La expectación era alta y Shyamalan no decepciona en los primeros momentos, logrando crear ese aura de suspense que tanto le caracteriza.
El Desarrollo de la Trama
Durante la primera hora, 'La Trampa' nos hace creer que estamos ante el regreso del gran Shyamalan, presentando un thriller clásico y cuidadosamente elaborado. Las actuaciones de Ariel Donoghue y Josh Hartnett son particularmente reseñables, aportando profundidad y frescura a sus respectivos roles. La dirección, aún con ciertos toques excéntricos, mantiene un nivel de tensión constante que resulta en escenas realmente memorables. Pero conforme avanzamos en el segundo acto, la película comienza a desviarse de este camino de excelencia.
Desvío de la Trama y Decisiones Cuestionables
Es en este momento cuando la trama empieza a tambalearse bajo el peso de giros inesperados y decisiones cuestionables. Shyamalan parece incapaz de contener su deseo de sorprender a la audiencia a cualquier precio, lo que lleva a una caída en el tercer acto que resulta tan extravagante que recuerda más a una comedia involuntaria que a un thriller serio. Las canciones de Saleka, la hija del director, empiezan a alargarse innecesariamente, restando tiempo a la construcción del suspense. Esto, sumado a un nepotismo evidente, termina por afectar la calidad narrativa de la película.
Actuaciones y Direcciones
Las actuaciones en 'La Trampa' son una mezcla de luces y sombras. Josh Hartnett desempeña adecuadamente su papel de asesino, aunque a veces recurre a tics que evidencian una dirección de actores no tan precisa. Ariel Donoghue, por otro lado, emerge como la verdadera estrella, aportando una frescura innegable. Sin embargo, la atención excesiva a la relación padre-hija que Shyamalan intenta plasmar diluye el núcleo emocional de la película, haciendo que pierda fuerza en su conjunto.
Conclusiones
En conclusión, 'La Trampa' puede ser vista como una comedia atolondrada y, en ese contexto, resulta divertida, especialmente para los fans más indulgentes de Shyamalan. Sin embargo, es imposible no recordar con cierta tristeza el sólido inicio de la película cuando se llega a una escena postcréditos pobre y humorística. Los despropósitos finales muestran a un Shyamalan más interesado en sus giros de guion y shocks que en resolver la historia con dignidad. A pesar de sus momentos memorables, 'La Trampa' confirma que el director de obras maestras como 'El sexto sentido' y 'Señales' ya no es el mismo.