Un inicio prometedor pero una ejecución ambivalente
Desde el momento en que 'La última reina' da inicio, el espectador es avisado de que la historia que se presentará puede no ser la más fiel a los hechos históricos. Esta advertencia inicial genera expectativas sobre una narrativa fresca y audaz, dispuesta a jugar con nuestra percepción del pasado. A pesar de ello, la película termina navegando en un mar de indecisiones, sin atreverse completamente a redefinir su historia. Esto deja un sabor agridulce en la experiencia, ya que apesar de su potencial, el filme no se atrevió a arriesgar más allá de la línea del revisionismo histórico light.
Actuaciones que salvan el guion
Si hay algo que realmente destaco de 'La última reina', es el poderío de sus actuaciones. Alicia Vikander como Catherine Parr demuestra una sensibilidad y fuerza que embellecen cada escena. Su interpretación es un faro en medio de una narrativa que flaquea. Del mismo modo, Jude Law impresionantemente me provoca antipatía en el papel del rey Enrique VIII, un personaje que se muestra despreciable y al límite del exceso. Ambos actores sostienen sus roles con una convicción que hubiera sido deseable en la propia narrativa del guion.
Aspectos técnicos y realización
Más allá de su trama, la película brilla en el ámbito técnico. La fotografía es asombrosa, cada escena es un festín visual que resalta la opulencia del periodo renacentista. Asimismo, el diseño de vestuario y las localizaciones son impecables, transportando al espectador a un mundo pasado con una rica atención al detalle. Lamentablemente, estos logros no logran compensar completamente las debilidades del guion, especialmente hacia el final, cuando la historia se precipita abruptamente, perdiendo el tono dramático cuidadosamente establecido.
Conclusiones
En resumen, 'La última reina' es un filme con mucho potencial desperdiciado. Si bien no se necesita una lección de historia para disfrutarlo, la película no logra cumplir sus promesas iniciales de audacia y creatividad narrativa. Admiro las actuaciones de Vikander y Law, quienes realmente elevan el material que se les ha dado, pero desearía que el guion hubiera sido más valiente en su acercamiento. En última instancia, la película se queda en el medio camino, dejando una sensación de lo que podría haber sido una obra realmente memorable.