Introducción a 'La virgen roja'
La historia de Hildegart Rodríguez (1914-1933) es una de esas realidades que superan la ficción. En 'La virgen roja', Paula Ortiz se aventura a retratar esta fascinante vida, logrando su película más redonda hasta la fecha. Con una combinación de simbolismo y concreción, la historia se narra como un cuento gótico. Hildegart es la princesa, su madre, Doña Aurora, es la bruja pérfida interpretada por una superlativa Najwa Nimri, y su hogar se transforma de luminoso a tenebroso.
Elenco y actuaciones
Najwa Nimri brilla con luz propia en este film, entregando posiblemente la mejor actuación de su carrera. Alba Planas se une a ella en el papel de Hildegart, acompañada por Patrick Criado y Aixa Villagrán, una actriz digna de ser reivindicada. La dirección de Ortiz aprovecha cada detalle, desde la inquietud cultural hasta las tensiones de la II República, sin caer en el panfleto fácil.
Dirección y narrativa visual
Ortiz consigue una narrativa visual que escudriña la intimidad de los personajes a través de primeros planos que no marean. La cámara es siempre dinámica, reflejando la paranoia de Doña Aurora y sumergiendo al espectador en un ambiente de tensión y terror creciente. La música, la dirección de arte y la fotografía sobresalen, complementando perfectamente el guion de Clara Roquet y Eduard Sola.
Impacto y relevancia histórica
El caso de Hildegart, aunque muy conocido en su tiempo, se había desvanecido con la Guerra Civil Española. Gracias a Eduardo de Guzmán y su libro 'Aurora de sangre', revivimos esta impactante historia. Pepe Viyuela sorprende encarnando al periodista en un registro dramático inusual para él. Esta película es un recordatorio poderoso de una historia olvidada, adaptada previamente por Fernando Fernán Gómez en 'Mi hija Hildegart'.
Conclusiones
En resumen, 'La virgen roja' es una película impresionante que destaca en todos los aspectos. Desde la magistral actuación de Najwa Nimri hasta la dirección precisa de Paula Ortiz, cada elemento se combina para crear un cuento gótico inolvidable. Lo único que se echa en falta es una aclaración al final sobre el destino de Doña Aurora. En definitiva, una obra que merece ser vista y celebrada.