Una obra maestra de la ciencia ficción o un desastre cinematográfico
Vivimos en una época en la que parece que las películas solo pueden ser consideradas obras maestras o fracasos absolutos. 'Megalópolis', la última propuesta de Francis Ford Coppola, se encuentra en un terreno intermedio que desafía esta dicotomía. Después de 40 años de esfuerzo personal y autofinanciamiento, Coppola nos presenta una obra que es, ante todo, una rareza en el panorama actual del cine, algo que un gran estudio jamás se atrevería a llevar a cabo. Aunque esta valentía es digna de aplauso, ser diferente no siempre es sinónimo de ser maravilloso.
Visión y narración únicas de Coppola
'Megalópolis' es un reflejo directo de la visión de Coppola. Construye un relato épico de ciencia ficción que a veces parece más una pieza teatral de William Shakespeare que una película de nuestro tiempo. Los diálogos y las interpretaciones del reparto, que incluye a Giancarlo Esposito y Adam Driver, evidencian esta peculiaridad. Sin embargo, Coppola no se contiene a ningún estilo en particular, saltando de lo teatral a lo operístico y, en ocasiones, incluso a lo circense. Esta amalgama de estilos puede resultar fascinante localmente, pero afecta la coherencia de la película en su conjunto.
El caos creativo y sus consecuencias
Esta inconstancia hace que 'Megalópolis' sea inevitablemente una película fallida. Al optar más por la fascinación puntual que por una narrativa coherente, Coppola parece más interesado en lo sensorial que en lo narrativo. A pesar de algunas escenas visualmente impactantes, muchas otras se sienten caóticas o incluso feas, lo que refuerza la sensación de estar ante un volcado de ideas más que ante una obra bien pensada en su conjunto. A veces parece que Coppola actúa sin filtro, lo que no siempre resulta en algo positivo.
Reflexiones y detalles finales
A lo largo de 'Megalópolis', la idea de que las utopías pueden transformarse en distopías queda clara, especialmente en momentos como la interacción entre Giancarlo Esposito y Adam Driver. Aunque esto puede ser una metáfora de la transición del cine como gran espectáculo, la película se siente más como una rareza destinada a influir a otros cineastas que una obra que marcará al público en general. Estaba destinada a ser un fracaso comercial y, en mi opinión, no es algo injusto. Su mera existencia despierta admiración, pero me dejó un tanto frío.
Conclusiones
En conclusión, 'Megalópolis' es una película ambiciosa y valiente que divide opiniones. Personalmente, admiro el esfuerzo y la audacia de Coppola, pero no puedo decir que haya disfrutado mucho con el resultado final. La película tiene momentos visualmente poderosos, pero adolece de coherencia y acaba siendo una acumulación de ideas sin cohesión. Una obra que, más que entusiasmar, despierta admiración por su audacia, pero al final, me dejó sintiéndome algo desconectado y frío.