Un Rom-Com con Corazón pero Falto de Innovación
Desde el primer momento en que la propuesta matrimonial de Emma (Miranda Cosgrove) tiene lugar, quedé sumergido en el lujo visual de ‘Mother of the Bride’. Sin embargo, mientras el escenario promete, el guion de Mark Waters, conocido por ‘Mean Girls’, no logra tejer una narrativa que destaque del montón. Pese a no aportar elementos novedosos al género, el film me conmovió con su mensaje ya conocido pero siempre reconfortante: la persistente búsqueda de un final feliz.
Lazos Familiares y Complicaciones Previsibles
La relación entre Emma y su madre viuda Dr. Lana Winslow (Brooke Shields) trae a la pantalla una cuota de sinceridad emocional. A pesar de eso, los conflictos y las situaciones cómicas, como las travesuras de los personajes secundarios Clay (Michael McDonald) y Scott (Wilson Cruz), junto a Will (Benjamin Bratt), el gran amor del pasado de Lana, se solucionan con rapidez, sin dejar espacio para que la audiencia sienta el verdadero peso de sus decisiones.
Estética y Actuaciones: Un Refugio en lo Convencional
A pesar de que el film intenta capturar nuestra atención con sus estilizadas imágenes y una banda sonora pegadiza, no consigue transmitir la potencia emotiva de otras obras de Waters. No obstante, los momentos compartidos entre Shields y Bratt, y la simpática inclusión de comedia física, logran inyectar cierto encanto a esta historia predecible.
El Encanto de lo Tradicional
Me llamó la atención la empatía de Emma hacia las circunstancias de su madre, así como la actuación matizada que Cosgrove trae al rol. El humor inteligente y las sutilezas emotivas, pese a ser ahogadas por una trama que se cuida de no incomodar, constituyen un refugio agradable en estos tiempos desafiantes.