Introducción a un thriller psicológico
Cuando me senté a ver 'Never Let Go' de Alexandre Aja, no estaba listo para la montaña rusa emocional que me esperaba. Con Halle Berry a la cabeza, esta película de terror disponible en se adentra en el territorio familiar de una familia luchando contra entidades malignas en una cabaña aislada.
Un elenco entregado
Halle Berry brilla en su papel de 'Momma', una madre ferozmente protectora de sus gemelos Samuel (Anthony B. Jenkins) y Nolan (Percy Daggs IV). Los niños aportan una vulnerabilidad conmovedora que hace que el terror sea aún más palpable. La dirección de Aja, junto con las actuaciones potentes, mantienen al espectador al borde de su asiento.
Una trama cargada de tensión
La película sigue a la familia en una lucha constante por la supervivencia. La historia comienza a desmoronarse cuando Samuel se lesiona durante una recolección de alimentos, y Nolan cuestiona la veracidad de los monstruos que su madre les advierte en sus cuentos nocturnos. La hermética existencia de la familia comienza a tambalearse, y las tensiones llegan a un punto álgido que pone en riesgo su frágil unidad.
Elementos de horror bien ejecutados
'Never Let Go' no se basa únicamente en sustos baratos. La verdadera fuerza de la película reside en su atmósfera opresiva y en cómo el mal se infiltra en las relaciones familiares. Los conflictos internos, las dudas y las discusiones acaloradas se sienten viscerales y reales, aumentando la sensación de horror.
Actuaciones destacadas
Especialmente impresionantes son Jenkins y Daggs, quienes cargan con el peso emocional de la película sobre sus pequeños hombros. Berry, por su parte, ofrece una interpretación compleja, mostrando tanto la fuerza como la vulnerabilidad de una madre atrapada en una situación desesperante.
Un final que deja pensando
Sin embargo, si hay algo que 'Never Let Go' no logra de manera satisfactoria, es su final. La ambigüedad sobre si los monstruos son reales o simplemente manifestaciones del encierro no se resuelve de manera convincente. Aunque puede generar debate, se siente como un desenlace menos inteligente y satisfactorio que el viaje que nos llevó hasta allí.