Un regreso a las raíces
Ver 'Paddington en Perú' es como encontrar un viejo amigo en un nuevo entorno. Esta tercera entrega lleva al querido oso a un lugar que, aunque diferente, resuena con sus inicios. Han pasado años desde su primera aparición en la pantalla grande, pero Paddington sigue siendo el mismo oso entrañable que muchos llegamos a amar. Sin embargo, el cambio de director a Dougal Wilson y el de guionistas ha traído consigo un aire fresco que se siente desde el inicio. El film cambia Londres por los vibrantes paisajes de Perú, y puedo decir que esta decisión ha dado un nuevo giro a las aventuras de Paddington.
Un nuevo director con una historia familiar
Dougal Wilson se estrena como director de largometrajes con esta entrega, y aunque su estilo es menos caótico que el de Paul King, logra mantener la esencia alegre y cálida del pequeño oso. Desde el comienzo, cuando vemos a un joven Paddington separado de su tribu en el Amazonas, hasta que se encuentra con sus adorados guardianes humanos en Londres, Wilson nos lleva en un viaje lleno de humor y emotividad. A pesar de un guion que sigue una fórmula establecida, se siente como un abrazo reconfortante para los fans de siempre. Olivia Colman brilla con un malvado encanto, aportando un toque fresco al elenco.
Una búsqueda que engancha
La trama, aunque un tanto predecible, es suficiente para mantenernos enganchados. Desde que la familia Brown decide acompañar a Paddington a Perú, el ritmo del film es rápido, y los desafíos que enfrentan logran sacar sonrisas genuinas. Las dinámicas familiares, ahora con Emily Mortimer como Mary Brown, añaden una capa de profundidad cuando la búsqueda de Aunt Lucy se convierte en una búsqueda de significado y unión. El CGI es impecable, y Paddington sigue siendo un oso maravillosamente tangible, lo cual es un regalo para la vista.
Conclusiones
Disfruté 'Paddington en Perú'. Aunque quizás no alcanza el mismo nivel de singularidad que las dos primeras entregas de esta adorada serie, sigue siendo una experiencia cinematográfica entretenida y llena de corazón. Dougal Wilson logra que nos demos cuenta de que Paddington, con su dulzura inquebrantable, sigue siendo un tesoro global. Aunque ha cambiado un poco en su viaje por convertirse en un favorito mundial, mantiene esa esencia que lo hace especial. Como alguien que ha seguido cada una de sus aventuras, esta es otra entrega que recomendaría sin dudarlo.