Un biopic único en su especie
En el amplio espectro de las biopics, 'Peter Hujar’s Day' se presenta como una propuesta inusual, concentrándose en un único día en la vida de este fotógrafo neoyorquino de los años 70. La película, dirigida por Ira Sachs y disponible en (plataforma), nos ofrece una ventana a las pequeñas e íntimas conversaciones de Peter, interpretado maravillosamente por Ben Whishaw, con su amiga Linda Rosenkrantz, encarnada por Rebecca Hall.
La magia de una conversación
Personalmente, las películas que giran en torno a la conversación siempre han capturado mi atención y 'Peter Hujar’s Day' no es la excepción. La interacción entre Hujar y Rosenkrantz es simple, sin dramas evidentes, pero ricamente emocional. Esta simplicidad es lo que hace de la película algo tan atractivo; recrea una conversación real y honesta, capturando la esencia de una época donde la comunicación interpersonal era un arte más puro y menos interrumpido por tecnologías modernas.
El encanto de lo ordinario
A lo largo de la película, vemos a Hujar navegar su día realizando tareas cotidianas, desde fotografiar a Allen Ginsberg para The New York Times hasta charlar sobre un personaje ficticio llamado Topaz Caucasian. La interpretación de Whishaw da vida a Hujar con una voz inspirada en su acento tri-estatal, que es tanto un homenaje emotivo a los orígenes del fotógrafo como a su vida en el vibrante submundo gay del Nueva York de los 70.
Un lienzo de aspiraciones
Al final del día, cuando Hujar visita a Ginsberg, nos damos cuenta de que la película es más que un simple retrato de un fotógrafo; es un tributo a la aspiración inherente en la vida diaria. Ginsberg, el poeta convertido en ícono de los medios, y Hujar, aún en busca de reconocimiento, representan la lucha entre el idealismo artístico y la realidad cotidiana. La película nos muestra que en lo mundano se puede encontrar significado, un sentimiento que resuena aún más fuerte en nuestro mundo moderno y acelerado.