Crítica de 'Rojo blanco y sangre azul': una entrañable comedia romántica

Nota

8/10

Empezando con un toque singular

En 'Rojo blanco y sangre azul' encontramos una comedia romántica que empieza con la clásica antipatía entre los vanguardistas pero que se convierte en algo más al verse obligados a convivir juntos. Aunque sigue ciertos estereotipos del género, la trama se refresca por el hecho de que el romance es entre dos hombres.

Personajes y actores a la altura

Alex y Henry, interpretados por Taylor Zakhar Perez y Nicholas Galitzine respectivamente, logran un maravilloso dúo protagonista, desplegando una química que evoluciona de forma natural y fluida a lo largo de la trama.

Una dirección efectiva

El guion y la dirección de Matthew Lopez mantienen un ritmo vivo y fresco. Aunque la película cae en momentos convencionales del género, su ejecución y ritmo evitan que caiga en el aburrimiento. La puesta en escena evita el estilo telefilm de sobremesa, dotando a la obra de un aspecto de mayor calidad.

Secundarios y actores de apoyo

La película dedica la mayor parte de su tiempo y cariño a sus protagonistas, aunque los personajes secundarios no se quedan rezagados. Destacan las actuaciones de Sarah Shahi y Stephen Fry que, aunque breves, dejan una huella impactante.

Madurez y autodescubrimiento

La naturaleza adulta de los personajes añade una capa de complejidad al descubrir y aceptar su sexualidad. Esto, combinado con los toques de política y cuento de hadas, crea una trama bien equilibrada y atractiva.

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