Fin del fascismo
Con Roma ciudad abierta Rossellini devuelve la vitalidad y la expresividad que caracteriza al cine y que habían sido suprimidas por más de 20 años. Su cine se nutre de unas ruinas todavía humeantes en la Roma posfascista con personajes pertenecientes a la clase trabajadora y con una evidente intención crítica.
Cuanto más me limito más me libero
Rossellini se embarcó en el proyecto sin tener un guión completo sin poseer los permisos de rodaje y contando con dinero en parte prestado y en parte obtenido de la venta de sus muebles. De la limitación hace virtud y transforma en arte la descripción de los últimos días de la ocupación alemana en Roma.
La periferia de Roma
La ciudad de Roma se nos presenta sucia abatida y desmoralizada tras lo sucedido pero con ganas de reconstrucción con unas prospectivas futuras positivas. Igual que las personas que la habitan están llenas de fuerza para seguir adelante y superar todos los obstáculos que se presenten puesto que el obstáculo mayor el fascismo ya ha sido derribado.
Pina: la representación de Roma
Los discursos de Anna Magnani propician algunas de las escenas más conmovedoras de Roma ciudad abierta. Un claro ejemplo son las palabras de Pina a Francesco en la escalera del edificio. Pina no representa solo al personaje sino que representa a toda la Roma de ese tiempo.
El lenguaje cinematográfico posfascista
La filmación de Roma ciudad abierta se realizó con la cámara al hombro y recortes de negativos de otras películas. La plasticidad en las imágenes de Roma ciudad abierta es muy contradictoria y denota que no existe un tratamiento homogéneo. Esta tensión visual es lo que le añade naturalidad.