Introducción a 'Savages'
Desde el primer momento que comenzó 'Savages', supe que estaba ante una obra que iba más allá del entretenimiento. Esta película de animación stop-motion, dirigida por Claude Barras, quien también nos regaló la conmovedora 'My Life as a Zucchini', nos sumerge en una historia de conciencia ecológica y anti-colonialismo. La trama se centra en Kéria, interpretada por Babette De Coster, una joven de 11 años que tras la muerte de una madre orangután a manos de madereros en Borneo, adopta junto a su padre Mutang, interpretado por Benoît Poelvoorde, a una cría llamada Oshi.
Un mensaje poderoso hecho animación
Lo que más me impresionó de 'Savages' es su capacidad para transmitir un mensaje poderoso de forma accesible para el público joven, sin perder su profundidad. La película nos introduce a la vida de indígenas que conviven en armonía con la naturaleza, enfrentándose a la devastación causada por intereses capitalistas. Aunque la premisa puede parecer evidente, la ejecución por parte de Barras y la coguionista Catherine Paillé logra captar la atención y el corazón del espectador, impulsando una reflexión sobre el impacto de la deforestación y la importancia de preservar nuestro planeta.
Una experiencia inmersiva
La riqueza visual de 'Savages' es otro de sus puntos fuertes. Al igual que en 'Zucchini', los personajes muestran una emotividad palpable, a pesar de ser figuras de arcilla. Sin embargo, en esta ocasión, los paisajes son más detallados y variados, con una vegetación diversa y una fauna que acompaña a los personajes en su travesía. Sentí que cada escena estaba meticulosamente diseñada, creando un mundo tangible y auténtico que invita a perderse en él. Además, la decisión de integrar el idioma Penan sin subtítulos en ciertas partes aporta un punto de vista diferente y auténtico, brindando protagonismo a las voces indígenas.
Una obra con un mensaje de esperanza
Si bien 'Savages' aborda temas complejos y serios, su desenlace ofrece un respiro esperanzador. Barras sugiere que la tecnología y las redes sociales, a menudo vistas con escepticismo, pueden ser aliadas poderosas si se utilizan para comunicar y unir a las comunidades en la defensa de nuestro mundo. La película logra equilibrar optimismo e ingenio juvenil, lo que la convierte en un vehículo excelente para concienciar a las generaciones futuras sobre el cuidado del medio ambiente y el respeto por las culturas indígenas.