Introducción a 'She's Got No Name'
La película 'She's Got No Name', dirigida por Peter Ho-Sun Chan y protagonizada por Zhang Ziyi, está basada en un infame caso de asesinato en la China de los años 40. Esta obra se destaca por su impresionante recreación histórica y por la actuación de Ziyi, cuyo papel despojado de glamour resalta en el tejido narrativo de esta larga película.
Un contexto histórico fascinante
Lo que realmente capta la atención de 'She's Got No Name' es su minuciosa recreación de la Shanghái de mediados del siglo XX. La ambientación histórica está cuidada al detalle, creando un escenario que transporta al espectador a una época turbulenta en la historia de China. Sin embargo, a medida que la película avanza, esta admiración por la precisión histórica empieza a parecer más repetitiva que envolvente, dejando a Zhang Ziyi atrapada en un guión que explora muy bien su angustia, pero que le da poco margen para desarrollar su personaje.
Un viaje emocional y psicológico
Zhang Ziyi interpreta a Zhan-Zhou, una mujer trabajadora y analfabeta con una gran marca de nacimiento, a quien encontramos huyendo tras asesinar y desmembrar a su esposo abusivo. A pesar de su papel estoico y cargado de dolor, la trama no resulta ser tan feminista como uno podría esperar. La historia se centra en su supervivencia y en el juicio al que es sometida, mientras una periodista local, Xi Lin (Zhao Li Ying), influye en la opinión pública acerca del abuso doméstico.
Actuaciones y personajes secundarios
A pesar de que el peso de la historia recae en Ziyi, el apoyo del elenco es crucial. Los personajes, aunque a veces parecen arquetipos, aportan el dinamismo que la narrativa de otro modo perdería. El comisionado Xue (Lei Jia-yin) personifica las clases colaboracionistas japonesas, mientras que personajes como Ho (Da Peng) y el abogado Ye (Fan Wei) brindan una perspectiva conmovedora sobre la violencia doméstica.
Conclusiones
En primera persona, 'She's Got No Name' me dejó una mezcla de admiración y frustración. La cinematografía y el diseño de producción son impresionantes, y la actuación de Zhang Ziyi es fenomenal. Sin embargo, la trama pierde fuerza en su último tercio, dejando una sensación de que la historia, aunque dolorosa y emocionalmente intensa, es solo una pequeña anécdota dentro de la vasta historia china. Es una película que recomendaría por su valor histórico y sus actuaciones, pero prepárate para un ritmo pausado.