Buenas Intenciones Sin Convicción
Al sumergirme en 'Sierra Burgess es una perdedora', disponible en Netflix, me envolvió la promesa de un homenaje contemporáneo a 'Cyrano de Bergerac', mezclado con el encanto de los clásicos de John Hughes. Shannon Purser, conocida por su papel de Barb en 'Stranger Things', tenía el potencial para brillar, pero la película, dirigida por Ian Samuels, se traduce en un compendio de buenas intenciones desprovistas de solidez. La cinta teje una historia centrada en una improbable amistad con la interpretación de Purser, Kristine Froseth y Noah Centineo, pero en lugar de consistencia nos ofrece contradicciones que rompen el hechizo cinematográfico.
Un Romance Cimentado en Arenas Movedizas
La química inicial entre los personajes prometía una narrativa conmovedora, sin embargo, rápidamente el filme falla al tratar de convencernos de la desmedida y poco realista ayuda que Veronica presta a Sierra, desafiando la credibilidad. Esa lógica forzada, junto a un enamoramiento que ignora la facilidad con la que deberíamos distinguir una voz conocida, actúa más como distractor que como catalizador del romance que se pretende construir. A pesar de algunos aciertos, como las actuaciones auténticas y una dirección que por momentos capta nuestra atención, el fundamento emocional de 'Sierra Burgess es una perdedora' es tan frágil como una casa de naipes ante un soplido de la realidad.