Impresiones Iniciales
La experiencia de ver 'Stella. Víctima y culpable' fue, sin duda, un viaje emocional intenso. Este drama me sumergió en la vida de Stella Goldschlag, magníficamente interpretada por Paula Beer, quien con su espectro interpretativo, me llevó desde su inocencia inicial hasta la espiral oscura en la que se convirtió por las maquinaciones nazis. La película se desliza entre el entretenimiento de su juventud y la tensión del horror que vendrá, sustentado por una dirección artística y fotografía que no hacen más que intensificar el narrativo estremecedor.
El corazón del protagonista
Paula Beer hace de Stella una figura compleja e inolvidable, su transformación a lo largo del film es desgarradora, y refleja un espectro emocional en el que muchos otros actores podrían perderse. La narrativa, con momentos de acción, suspense y algo de erotismo, es una montaña rusa que expone el horror del régimen nazi de una manera cruda pero elegante. Sin embargo, hubo ocasiones en las que el despliegue visual parecía buscar más el impacto que sostener la seriedad de la trama. A pesar de ello, la historia es tan poderosa que mantiene su fuerza a lo largo de toda la película.