Introducción a la Bienal de Venecia de 1964
‘Taking Venice’, dirigido por Amei Wallach, nos sumerge en uno de los momentos más cruciales en la historia del arte contemporáneo: la Bienal de Venecia de 1964. Una competencia que no solo destacaba a los artistas, sino también a las naciones que buscaban la supremacía cultural. En este contexto, Robert Rauschenberg y su arte desafiaron a la vieja guardia europea, marcando un claro cambio de era hacia el dominio estadounidense.
Rauschenberg y su Estilo Revolucionario
Rauschenberg deslumbró con sus ‘combines’, obras que mezclaban medios y rompían con las convenciones establecidas. Estas piezas tridimensionales no solo capturaban la atención, sino que también representaban la creciente influencia del arte pop. La campaña de Estados Unidos para promover a Rauschenberg en la Bienal reflejaba un intento de usar el arte como espejo del surgimiento de una nueva ideología americana, en plena Guerra Fría.
El Rol de la Diplomacia Cultural
El documental ilumina cómo Estados Unidos, a través de figuras clave como Alice Denney y Alan Solomon, se embarcó en una estrategia de diplomacia cultural para asegurar la victoria de Rauschenberg. Aunque 'Taking Venice' sugiere una posible ‘conspiración’, no hubo actos deshonestos: solo un uso eficiente de técnicas de relaciones públicas y un memorable evento social que inclinó la balanza a favor del artista estadounidense.
Polémicas en la Exhibición
Uno de los momentos más tensos narrados en el documental es el debate sobre la ubicación de las obras de Rauschenberg. Exhibidas inicialmente en el consulado estadounidense por ser este más adecuado que el pabellón nacional, las pinturas fueron trasladadas justo a tiempo para evitar su descalificación. Esta minúscula ‘crisis’ reflejaba el choque entre las viejas y nuevas formas de entender el mundo del arte.
Cambio de Paradigma en el Mundo del Arte
‘Taking Venice’ captura el momento en que Nueva York reemplazó a París como el epicentro del mundo del arte. La victoria de Rauschenberg simbolizó este cambio, marcado por la fusión de arte y medios característica del arte pop de Warhol y otros contemporáneos. La película destaca cómo este evento significó no solo una victoria artística, sino también una declaración política sobre el poder e influencia de Estados Unidos.