Introducción a ‘The Front Room’
Si alguna vez pensaste en cómo los infortunios de la vejez pueden infiltrarse en nuestras vidas, 'The Front Room' de A24 intenta abordar esos miedos de una manera grotesca y poco amable. Dirigida por los hermanos Max y Sam Eggers, el filme intenta ser una 'hagsploitation' —un subgénero que explora los horrores del envejecimiento en mujeres— pero se queda corto en aterrorizarnos o hacernos reír.
El conflicto central y actuaciones
La trama gira en torno a Solange, interpretada brillantemente por Kathryn Hunter. Solange, la madrastra racista y extrema religiosa de Norman (Andrew Burnap) y su esposa embarazada Belinda (Brandy Norwood), se convierte en una presencia invasiva en su hogar. Hunter da vida a una anciana cuyo cuerpo deteriorado y comportamiento inapropiado crean conflictos constantes en la casa. Sin embargo, la actuación comprometida de Hunter no es suficiente para salvar una historia que termina siendo más desagradable que intrigante.
Elementos de diseño y ambientación
El diseño de producción, llevado a cabo por Lauren Crawford y Mary Lena Colston, es notable, presentando un hogar envejecido que refleja a la perfección la situación financiera y emocional de los protagonistas. Aunque la ambientación es efectiva, la película se pierde en detalles repulsivos, como las continuas incontinencias de Solange, que solo buscan causar rechazo en la audiencia.
Falta de profundidad y horror
A pesar de sus intentos de tocar temas profundos como el racismo y la vejez, 'The Front Room' se queda en la superficie. Las referencias a clásicos del horror como 'Psycho' y 'Rosemary's Baby' son demasiado obvias y no aportan valor significativo a la narrativa. La película falla en evocar verdadero terror, limitándose a escenas diseñadas para causar asco más que miedo.
Conclusiones
En resumen, 'The Front Room' de A24 es una decepción. A pesar de la actuación fantástica de Kathryn Hunter, la película no logra equilibrar el horror con el comentario social. Las escenas grotescas y la falta de sustancia real hacen que sea más difícil de digerir que de disfrutar. En mi opinión, este intento de 'hagsploitation' no cumple con las expectativas y se convierte en una experiencia más desagradable que aterradora.