Introducción
‘Twisters’ es una secuela independiente que, lanzada casi tres décadas después de la original ‘Twister’ de Jan de Bont, tiene grandes zapatos que llenar. Si bien es inevitable compararla con la película de 1996, también debemos considerar el vasto material de tornados reales disponible en la actualidad, lo cual sube la vara de expectativas para cualquier película sobre tormentas.
La Magia de los Tornados
En 1996, ‘Twister’ canalizaba una gran parte del misticismo y la fascinación que los tornados inspiran. Los efectos visuales de la época eran revolucionarios y lograron transmitir la fuerza y el miedo que estos fenómenos naturales despiertan. Sin embargo, en ‘Twisters’, a pesar de contar con efectos de última generación, estos tornados parecen carecer de la fuerza muscular y la sensación de terror que sus contrapartes reales poseen.
Dirección y Actuaciones
El director Lee Isaac Chung, conocido por la humanista ‘Minari’, hace un trabajo competente pero no alcanza la magia spielbergiana de Jan de Bont. Daisy Edgar-Jones interpreta a Kate Cooper, una experta en tormentas cuya actuación, aunque sólida, no logra destacarse del todo. Glen Powell, por otro lado, aporta carisma como el intrépido Tyler Owens, un cazador de tormentas que se convierte en una especie de estrella de YouTube.
Historia y Efectos Especiales
La trama de ‘Twisters’ funciona aceptablemente, pero carece de la chispa que hizo memorable a la original. Los efectos visuales, aunque impresionantes, no logran sorprender de la misma manera. Escenas como una torre de agua colapsando o un tornado durante una cita en un rodeo son espectaculares, pero no alcanzan el nivel de asombro de su predecesora.
Conclusiones
En resumen, ‘Twisters’ ofrece momentos de entretenimiento y algunos efectos visuales llamativos, pero no logra capturar la magia y el impacto de la original ‘Twister’. Aunque Glen Powell y Daisy Edgar-Jones realizan actuaciones destacables, la película no logra superar la fascinación real de los tornados que podemos ver en videos de la vida real.