Crítica de 'Venom: El último baile'

Análisis Crítica de 'Venom: El último baile'

Nota

6/10

Introducción a 'Venom: El último baile'

Si algo caracteriza a las películas de Venom es su capacidad para mantener al público en la butaca, aunque sin grandes sorpresas. 'Venom: El último baile', la tercera entrega de la saga protagonizada por Tom Hardy, da lo que promete: acción, humor y una sensación de familiaridad que quienes han seguido la serie reconocerán al instante. Sin embargo, esto también significa que la película no arriesga ni sorprende, manteniéndose en una comodidad narrativa que puede interpretarse como decepcionante para los que esperábamos algo más ambicioso por parte del director. Disponible en , este título es una mezcla entre contenido fácil de consumir y reminiscencias de las peliculas de los 90 que no acaba de cuajar del todo.

Una mezcla de epicidad y simplicidad

Al adentrarse en 'Venom: El último baile', es crucial entender que su objetivo no es redefinir el género o romper esquemas. Este intento de cierre para el simbionte más famoso del cine busca, más bien, ser una celebración de los fans más que una obra maestra del cine. El director, , ha optado por un camino que no sorprende, con una estructura que se asemeja más a una 'buddy movie' de los años noventa que a una epopeya cinematográfica. La trama se llena de explosiones exageradas y personajes secundarios intercambiables, todo envuelto en un legado de bromas que no llegan más allá de lo esperado, algunos giros cómicos del simbionte que logran destacar mínimos destellos de entretenimiento.

Momentos destacables en un mar de mediocridad

A pesar de su previsibilidad, 'Venom: El último baile' no deja de ofrecer instantes que capturaron mi atención. La dinámica entre Eddie Brock y Venom mantiene ese toque de 'buddy movie' que, aunque repetitivo, sigue siendo entretenido. Hay escenas específicas, como Venom cantando 'Space Oddity' o el ingenioso baile en Las Vegas, que logran pequeños paréntesis de deleite y hacen que valga la pena. Un guion más afilado podría haber amplificado la relación entre estos dos personajes, otorgándole al filme un corazón que resaltara más allá de sus efectos especiales y explosiones.

Una secuela que no logra construir un universo sólido

Si bien intenta sentar las bases para un universo más grande, inspirado en los cómics de Marvel como el 'Rey de Negro', 'Venom: El último baile' se siente más como un prólogo improvisado que una propuesta sólida. El tratamiento de la narrativa y desarrollo de personajes no logra profundizar lo suficiente, lo cual es un índice de que la franquicia aún no tiene un rumbo definido. Hay una frustrante sensación de potencial no aprovechado que permea a lo largo de la película, una oportunidad perdida para darle a la saga Venom un cierre épico.

Conclusiones

En definitiva, mi experiencia viendo 'Venom: El último baile' fue una mezcla de entretenimiento pasajero y expectativas insatisfechas. La película cumple su función de entretener con facilidad y eficacia, pero se encuentra plagada de clichés y un guion poco profundo que no permite explorar las posibilidades que la franquicia podría haber ofrecido. En una industria saturada de héroes y villanos, este último capítulo no logra sobresalir ni emocionar, pero estoy seguro de que seguiré viendo a Venom, aún sabiéndome partícipe de un ciclo de películas que una y otra vez nos entregan poco más que entretenimiento ligero.

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