Un inicio con dudas
Cuando se anunció que Paul King, conocido por el éxito de 'Paddington', iba a dirigir 'Wonka', una precuela de 'Charlie y la fábrica de chocolate', con Timothée Chalamet como protagonista, las dudas surgieron. Sin embargo, tras más de dos horas de metraje, el director ha logrado sortear las dificultades y sorprender a todos con su brillante realización.
Una mezcla perfecta de ingredientes
'Wonka' es una película que flirtea con lo sentimental, hace uso de soluciones de guion arbitrarias y confía en la ingenuidad del espectador. Estos ingredientes, combinados armónicamente por King, dan vida a una película que fluye con naturalidad y atrae por su encanto.
Un musical con todas las de la ley
'Wonka' es un musical que mantiene su esencia a lo largo de todo el metraje, aunque la presencia de las canciones se vaya diluyendo con la trama. Esta característica enfatiza la energía de la película y su enfoque fresco y emocional.
La actuación de Chalamet y el reparto
Pese a no ser un cantante ni bailarín destacado, Chalamet consigue transmitir la pureza e inocencia del personaje de Willy Wonka. El elenco secundario, con interpretaciones de Olivia Colman y Hugh Grant, añade a la trama elementos fascinantes y equilibrados.
Visualmente impecable
En términos visuales, King ha conseguido darle a 'Wonka' personalidad propia y colorearla con un universo estético que evoca al de 'Paddington'. Los efectos visuales se suman para potenciar la intención de la directiva.
Pequeñas fisuras
Hay ciertos elementos que no resultan tan eficaces, sin embargo, todas las virtudes de 'Wonka' superan ampliamente las posibles críticas.